Desde su lanzamiento en 2022, LIV Golf ha introducido cambios estructurales y de “show” que alteraron la dinámica tradicional del golf profesional: formato, ritmo de juego, competencia por equipos, calendario global y la experiencia para fans. Es el formato deportivo más Zapping que hemos tenido: Disruptivo, entretenido y nuevo, algo muy nuestro... un breve repaso de lo que fueron estos dos años de una nueva forma de ver este deporte.
El “LIV” proviene de 54 en números romanos y no es al azar: cada evento se disputa a 3 rondas (54 hoyos), sin corte intermedio, lo que asegura presencia de todas las estrellas hasta el domingo y mantiene narrativa continua para el público. Además, eleva la intensidad: hay menos hoyos para diferenciarse, así que la presión llega antes y dura más.
LIV usa formato “shotgun”: todos los grupos parten simultáneamente en distintos hoyos. Ventanas televisivas compactas, acción en paralelo y menos “tiempos muertos” para la audiencia, ideal para contenidos en vivo, highlights inmediatos y consumo digital. Todo un show televisivo que se disfruta.
Conviven la tabla individual y una liga por equipos con franquicias y capitanes. Cada evento reparte premios para ambas clasificaciones, por lo que el jugador no solo juega “por sí”, sino también por su escuadra. Eso cambia decisiones estratégicas (riesgo/recompensa), define alineaciones y crea nuevas historias: capitanes, fichajes, rivalidades y playoffs por equipos.
Con 54 hoyos, shotgun y field compacto, el producto es más televisivo: bloques definidos, más acción por minuto y facilidad para seguir a varias figuras a la vez. Es golf pensado para la era del streaming, highlights sociales y audiencias que prefieren formatos más ágiles.
La clasificación anual introduce “zonas” (lock, open, drop) que determinan seguridad, riesgo o descenso de jugadores al final de la temporada. Esta mecánica añade tensión serializada: cada torneo afecta el estatus del jugador y alimenta historias durante todo el año, no solo en los majors.
Más allá del campeón individual, los equipos pelean por seedings, cupos directos a fases avanzadas y un Team Championship de alto voltaje. Los formatos matchplay/equipos en la definición aportan variedad competitiva, nuevos héroes y momentos de clímax distintos al stroke play puro.
LIV amplió el mapa más allá de EE.UU.: Medio Oriente, Europa, Asia, Australia y América Latina, incorporando plazas de alto perfil. Incluso ha experimentado con golf nocturno bajo luz artificial, expandiendo el “show” y llevando el deporte a nuevas audiencias y husos horarios.
El torneo es más parecido a un festival: música, activaciones de marca y espacios familiares, sin perder el foco competitivo. Esto atrae públicos nuevos, facilita la socialización en cancha y fomenta una cultura de estadio alrededor del golf
El desempeño en LIV está generando nuevas rutas y exenciones específicas hacia majors selectos, lo que integra (aunque sea parcialmente) dos ecosistemas antes paralelos y eleva los incentivos competitivos de cada evento LIV.
La combinación de field acotado, shotgun y 54 hoyos permite empaquetar mejor la transmisión y el contenido social. Para el fan, es más fácil elegir “ventanas” completas y no perderse los cierres.